La innovación en la atención sanitaria es esencial y la adopción de la gestión ajustada puede conducir a un crecimiento y una eficiencia sin precedentes. Este enfoque se centra en la mejora continua de los procesos y la eliminación estratégica de residuos. Estos principios no solo definen la gestión ajustada, sino que también conducen a mejoras significativas en la atención al paciente y la eficacia operativa.
Cuando incorporamos la gestión ajustada a la atención sanitaria, defendemos una metodología que fomenta el desarrollo iterativo y la implantación de un producto mínimo viable (MVP). Estas innovaciones son sostenibles y ampliables. Es en la unión de los principios lean y la prestación de asistencia sanitaria donde descubrimos oportunidades para aumentar el valor, reducir los costes y, sobre todo, mejorar los resultados de los pacientes.
Profundizaremos en cómo aplicar eficazmente los principios de la lean startup a la sanidad. Sentaremos las bases para poner en marcha la innovación en el sector sanitario, mostraremos los pasos necesarios para desarrollar y probar un MVP y destacaremos la importancia de la gestión visual en este contexto.
Más adelante exploraremos los mecanismos de iteración y ampliación de las innovaciones sanitarias. Haremos hincapié en el enfoque "lean" frente al ágil para garantizar la adaptabilidad y fluidez de nuestros procesos, atendiendo a las necesidades siempre cambiantes del entorno sanitario. Esta exploración de la gestión ajustada y su aplicación subrayará los componentes clave del proceso de gestión ajustada y de la gestión ajustada de procesos. Proporciona una hoja de ruta clara para quienes deseen adoptar y aplicar estas estrategias en sus organizaciones.
La innovación sanitaria es un campo exigente. Hay mucho en juego y la eficiencia no es negociable. Entonces, ¿cómo podemos agilizar el proceso? La respuesta está en adoptar los principios de Lean Startup.
Diseñada por Eric Ries, la metodología Lean Startup ofrece un marco sólido para la experimentación rápida y el desarrollo gradual. No es solo un método, es un catalizador de la transformación.
En sectores como la sanidad, donde la precisión y la rapidez son vitales, este enfoque es increíblemente ventajoso. Nos permite sacar a la luz soluciones innovadoras con mayor eficiencia. Juntos podemos dar forma a un futuro mejor para la sanidad.
Los principios Lean, derivados de la industria manufacturera japonesa, son un conjunto de valores encaminados a eliminar el despilfarro y crear el sistema más eficiente posible. Se aplican en diversos sectores, incluida la sanidad, para racionalizar los procesos y mejorar la productividad y la calidad. He aquí los cinco principios básicos de Lean:
La aplicación de los principios Lean en la asistencia sanitaria puede mejorar la satisfacción y los resultados de los pacientes, reducir los costes y aumentar la eficacia operativa. Por ejemplo, el Virginia Mason Medical Center de Seattle adoptó los principios Lean e informó de un descenso del 44% en las primas de responsabilidad profesional durante una década, lo que demuestra la eficacia de Lean para mejorar la seguridad de los pacientes y reducir costes. He aquí algunas herramientas que pueden ayudarle a conseguir resultados similares:
La sanidad exige innovación. ¿Lo que está en juego? Son inmensos. Pero con una base sólida, podemos dar pasos significativos. Todo empieza por identificar las áreas que necesitan nuestra atención, lo que allana el camino para cambios significativos y eficaces.
También elaboramos hipótesis que no sólo son comprobables, sino que tienen implicaciones en el mundo real. Nos aseguramos de que nuestras innovaciones resuelvan problemas reales y se mantengan en escenarios prácticos. Este enfoque es nuestra clave para encontrar soluciones viables y con impacto.
Empezamos por examinar nuestros sistemas de prestación de asistencia sanitaria para determinar dónde son más necesarias las mejoras. Esto implica un análisis exhaustivo de las experiencias y los resultados de los pacientes, la identificación de ineficiencias y el reconocimiento del potencial de mejora de la calidad clínica. Al adoptar el enfoque de microsistema, nos centramos en sistemas de servicios pequeños y funcionales que son reproducibles y repercuten directamente en la atención centrada en el paciente. Este método nos permite definir los grupos de actividades medibles más pequeños, que luego pueden optimizarse para mejorar su rendimiento.
Una vez definidos estos microsistemas, el siguiente paso consiste en seleccionar los mejores equipos y emplazamientos para poner a prueba las nuevas ideas. Para ello hay que considerar cuidadosamente la compatibilidad de cada equipo con la cultura de la organización y los méritos técnicos de las mejoras propuestas. Al implicar a todo el personal en este proceso, desde la planificación hasta la ejecución, nos aseguramos de que los cambios se adopten más ampliamente en toda la organización, lo que es esencial para el éxito de la mejora de la calidad.
Una vez identificados unos objetivos claros, pasamos a formular hipótesis comprobables. Esto implica formular predicciones basadas en observaciones y datos existentes, que guían nuestros diseños experimentales. Por ejemplo, si nuestra hipótesis es que una nueva herramienta digital reducirá el tiempo de espera de los pacientes, organizaremos un experimento para comprobar esta teoría en condiciones controladas.
El ciclo PDSA (Planificar, Hacer, Estudiar, Actuar) es fundamental en este caso. Planificamos, fijando objetivos y seleccionando posibles intervenciones; hacemos, aplicándolas a pequeña escala; estudiamos, recopilando y analizando datos para comprobar si los cambios funcionan; y actuamos, decidiendo si adoptamos, adaptamos o abandonamos los cambios en función de las pruebas recopiladas. Este proceso iterativo no sólo ayuda a perfeccionar las intervenciones, sino también a ampliarlas eficazmente a sistemas más amplios.
Al sentar metódicamente las bases de la innovación en la asistencia sanitaria mediante estos pasos, sentamos los cimientos que sustentan la mejora sostenible y la prestación de una asistencia transformadora.
Siguiendo estos pasos, los proveedores sanitarios pueden utilizar eficazmente los principios Lean para identificar y abordar las áreas de mejora, lo que en última instancia conduce a una mejor atención al paciente y a la eficiencia operativa.
El desarrollo de un Producto Mínimo Viable (PMV) marca una transición crítica del diseño teórico a la aplicación práctica. Un MVP es esencialmente la versión más simplificada de un producto que sigue ofreciendo funcionalidades básicas, abordando los principales retos sanitarios que pretende resolver. Este enfoque no sólo facilita la entrada temprana en el mercado, sino que también minimiza la complejidad y los costes de producción, garantizando que la solución proporcione un valor inmediato a sus usuarios iniciales.
El proceso comienza centrándose en las características esenciales que satisfacen las necesidades directas de los profesionales sanitarios y los pacientes. Por ejemplo, si el MVP es una plataforma de telesalud, las características principales podrían incluir videoconsultas seguras, programación sencilla y acceso a resúmenes de visitas. Estas características mejoran directamente la accesibilidad y la comodidad, que son fundamentales para la propuesta de valor del MVP.
La transición de un prototipo a un MVP implica un cambio significativo. A diferencia de los prototipos, que suelen utilizarse para probar la viabilidad en un entorno controlado, un MVP debe soportar los rigores de la aplicación en el mundo real. En esta fase crucial no se trata sólo de demostrar que un producto puede fabricarse, sino que debe fabricarse, demostrado por su capacidad para satisfacer las necesidades de su público objetivo y mostrar potencial de viabilidad en el mercado.
Una vez desplegado el MVP, la atención pasa a centrarse en recabar las opiniones de los usuarios y medir las principales métricas de rendimiento. Esta fase es vital para comprender el impacto del MVP y orientar futuras fases de desarrollo. Los mecanismos de retroalimentación deben ser directos e imparciales, para que los usuarios finales puedan dar respuestas genuinas sobre sus experiencias. Herramientas como las encuestas, los grupos de discusión y las entrevistas directas son muy valiosas para recopilar estos datos.
Las métricas desempeñan un papel crucial en la evaluación de la eficacia del MVP. Entre los parámetros más habituales se encuentran las puntuaciones de satisfacción del paciente (PSS), que evalúan el nivel de satisfacción del paciente, y las tasas de readmisión, que indican la calidad de la asistencia midiendo la frecuencia con la que los pacientes necesitan volver a recibir tratamiento. Además, también se controlan las tasas de mortalidad y la eficacia operativa para ofrecer una visión completa del rendimiento del MVP en un entorno sanitario real.
A continuación se analizan los comentarios y datos recogidos para determinar si el MVP cumple los resultados esperados o si es necesario realizar ajustes. Este proceso iterativo de pruebas, recopilación de información y perfeccionamiento continúa hasta que el MVP se convierte en un producto totalmente funcional listo para un despliegue más amplio.
Según un estudio publicado en el Journal of Medical Internet Research, las organizaciones sanitarias que utilizaron un enfoque MVP para las innovaciones de salud digital fueron capaces de reducir los costes de desarrollo hasta en un 60% y acelerar el tiempo de comercialización en un 50%.
Por ejemplo, después de desplegar el MVP en un entorno sanitario, se podría utilizar el Cuestionario sobre la Experiencia del Usuario (UEQ) para evaluar la experiencia del usuario. El UEQ puede incluir las siguientes secciones:
Esta información recopilada y los datos de otros parámetros de rendimiento se analizan a continuación para determinar si el MVP cumple los resultados esperados o si es necesario realizar ajustes. A través de este proceso iterativo de pruebas, recopilación de información y perfeccionamiento, el MVP evoluciona hasta convertirse en un producto plenamente funcional.
En nuestro camino hacia la mejora de la asistencia sanitaria a través de la innovación, analizamos activamente las opiniones de los pacientes, que son fundamentales para perfeccionar nuestras estrategias. Comprendiendo e interpretando los datos sobre la experiencia del paciente mediante análisis comparativos, identificamos las tendencias de rendimiento y las áreas que requieren atención. Para ello, realizamos evaluaciones comparativas internas dentro de los departamentos y externas con organizaciones similares. Además, la incorporación de información cualitativa procedente de grupos de discusión o entrevistas con pacientes enriquece nuestra comprensión, lo que nos permite abordar los problemas con mayor eficacia.
Una vez analizada exhaustivamente la información, la compartimos con todas las partes interesadas, incluidos el personal, los pacientes y el público en general, a través de diversos medios como reuniones, boletines y presentaciones formales. Esta transparencia fomenta un entorno de colaboración en el que las partes interesadas no sólo están informadas, sino que forman parte del proceso de toma de decisiones. Posteriormente, organizamos sesiones de formación para dotar al personal de los conocimientos necesarios para interpretar y utilizar los datos con el fin de mejorar la calidad de la asistencia.
Ampliar las innovaciones de éxito es un paso fundamental para aprovechar todo el potencial de nuestros esfuerzos de mejora de la asistencia sanitaria. Requiere un enfoque estructurado en el que los prototipos de éxito, validados mediante rigurosos mecanismos de retroalimentación, se extienden a toda la organización. Damos prioridad a las intervenciones que demuestran un impacto sustancial en la atención al paciente y la eficiencia operativa, guiándonos por indicadores estratégicos como el Net Promoter Score (NPS).
Para garantizar un escalonamiento eficaz, adoptamos el ciclo Planificar, Hacer, Comprobar y Actuar (PDCA), utilizando herramientas de calidad como los diagramas de Ishikawa y Pareto para la resolución precisa de problemas y la gestión de riesgos. Al centrarnos en aspectos destacados por las opiniones de los pacientes, como la calidad de las comidas o la eficiencia administrativa, adaptamos nuestros proyectos para satisfacer las necesidades matizadas de nuestros pacientes y prevenir al mismo tiempo posibles daños.
Por otra parte, reconocemos que la ampliación de las innovaciones en salud digital implica superar barreras complejas y aprovechar facilitadores como el apoyo del liderazgo, la colaboración interdisciplinaria y una sólida infraestructura tecnológica. Abordar estos factores de forma holística garantiza que nuestras innovaciones a escala no solo sean eficaces, sino también sostenibles y adaptables a los cambiantes retos de la atención sanitaria.
Recuerde utilizar las herramientas existentes para cada paso cuando le resulte útil. Por ejemplo, puede utilizar una plantilla del ciclo PDSA para planificar y probar los ajustes.
Plantilla del ciclo PDSA
Estas plantillas pueden adaptarse a las necesidades y contextos específicos.
Los principios de gestión ajustada son una poderosa herramienta para la innovación sanitaria. Nuestro viaje a través de este concepto ha puesto de relieve el inmenso potencial que encierran estas estrategias. Proporcionan una vía tangible para mejorar la atención al paciente e impulsar la eficiencia operativa. Haciendo hincapié en la eliminación estratégica de residuos y la mejora continua, hemos subrayado el potencial transformador de la gestión ajustada.
Este proceso no está estancado, sino que evoluciona continuamente, adaptándose a las necesidades cambiantes de la asistencia sanitaria. Al centrarnos en crear soluciones que respondan directamente a estas necesidades, estamos sentando las bases de avances sostenibles. No nos limitamos a soñar con un futuro en el que mejore la atención al paciente: lo estamos construyendo activamente.
Para aprovechar el poder de la gestión ajustada en su próximo proyecto de software, considere la posibilidad de participar en nuestro taller. Esta oportunidad no solo ampliará sus herramientas de innovación, sino que también amplificará su compromiso de lograr la excelencia en la prestación de asistencia sanitaria.
P: ¿Qué esel Lean Management en sanidad? R: El Lean Management en sanidad es un conjunto de principios y herramientas destinados a eliminar el despilfarro y crear el sistema más eficiente posible. Se centra en aportar valor desde la perspectiva del paciente y mejorar los procesos para ofrecer una mejor atención al paciente y eficiencia operativa.
P: ¿Cómo pueden aplicarse los principios Lean en la asistencia sanitaria?R: Los principios Lean pueden aplicarse en la asistencia sanitaria a través de una serie de pasos que incluyen la definición del valor desde la perspectiva del paciente, la identificación de todos los pasos que aportan este valor, la garantía de un flujo fluido de estos pasos, la producción basada en la demanda del cliente y la búsqueda continua de la perfección.
P: ¿Qué es un Producto Mínimo Viable (PMV) ensanidad?R: Un PMV en sanidad es la versión más simplificada de un producto que sigue ofreciendo funcionalidades básicas y aborda los principales retos sanitarios que pretende resolver. Facilita la entrada temprana en el mercado y minimiza la complejidad y los costes de producción.
P: ¿Cómo pueden identificarse y aplicarse las mejoras enla asistencia sanitaria?R: Las mejoras pueden identificarse en la asistencia sanitaria examinando las experiencias y los resultados de los pacientes, identificando las ineficiencias y reconociendo el potencial de mejora de la calidad clínica. Estas mejoras pueden implantarse seleccionando los mejores equipos y centros para poner a prueba nuevas ideas e implicando a todo el personal en el proceso.
P: ¿Cómo pueden ampliarselas innovaciones sanitarias a toda una organización?R: Las innovaciones sanitarias pueden ampliarse a toda una organización analizando la información recibida, realizando los ajustes necesarios y extendiendo las intervenciones satisfactorias a toda la organización. Para ello se requiere un planteamiento estructurado y el uso de herramientas de calidad que permitan resolver los problemas con precisión y gestionar los riesgos.